miércoles, 26 de enero de 2011

Los dolores ignorados, suelen ser siempre los más terribles dolores

Por Ale NotiG

 

Con estas palabras de nuestro José Martí deseo unirme al sentir de todos los que (como dicen en el mensaje llegado desde el Mejunje) optamos por un canto de felicidad capaz de opacar todos esos alaridos que, dicho sea de paso, nada nuevo y saludable tienen para mostrar a este mundo que, hoy más que nunca, clama por valores como la solidaridad, el amor, el respeto, la sinceridad, la unidad, entre otros verdaderamente

humanos.

 

Muchas son las cosas que me hubiera gustado decir ahora pero ya están magistralmente escritas en los mensajes de Roque, Paquito, Camilo, Raúl Regueiro y el Mejunje con los cuales coincido plenamente y apoyo y aplaudo y publico para todos los lectores en esta edición del NotiG.

 

En mensaje de Oscar Cuevas Romeros lo que yo también veo y recibo y percibo en sus palabras es una antipatía, una aversión, una repulsión, una hostilidad hacia todo lo que él con su discurso agrede sin importar incluso el dolor ajeno y el mal que se desea y de eso se trata el odio.

 

Los dolores ignorados suelen ser siempre los más terribles dolores y para mí es muy digna y noble toda labor que se pueda hacer a favor de esas personas que en silencio sufren y aun así entregan tiempo de su vida para cumplir con su deber social ya sea como médicos, como bodegueros, como escritores, como artistas etc.

 

No solo las personas LGTB sufren la HOMOFOBIA. Juntos a ellos están y comparten el dolor sus familiares y amigos.

 

En lo personal nunca voy a olvidar aquel lunes en la mañana cuando llegué a la casa de mi madre ( una mujer de 72 años de edad) y me recibió con un beso y con una enorme satisfacción me contó acostada en su cama que en la noche había visto el programa de Pasaje a lo desconocido con la participación de la Doctora Mariela Castro la cual es igualita a Vilma cuando habla, con una dulzura enorme y que finalmente fue Mariela, con su   tono pausado, quien le hizo ver y le aclaró en ese momento algunas dudas que tenía y que yo le había explicado pero que conmigo no acababa de entender.

 

A esa hora mi madre lloró, se acordó de cuanto sufrió en la etapa de mi niñez por las no se cuantas veces en que me descubrieron -por ejemplo- en la escuela jugando demasiado de manos con los varoncitos y tocando donde no debía tocar. Se acordó entonces que por esa situación me tuvo que llevar a un medico para, finalmente, no resolver nada pues, como era de esperar, continué mis juegos de manos con los varoncitos y tocando donde según ella no debía tocar.

 

Mi madre y yo queremos felicitar a Mariela y a Taladrid y a todos los que tuvieron que ver con la realización y trasmisión de esos dos programas.

 

Por otra parte pienso que opiniones como la de Oscar Cuevas Romeros hoy son un motivo más para continuar nuestra labor a favor del AMOR y en contra de la HOMOFOBIA.

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